Nicole Williams es una buena chica, una estudiante universitaria de 18 años. Su hermana la engaña durante una fiesta para entrar en la habitación de un hombre misterioso. Lo que su hermana no esperaba es que la llevaría a la habitación equivocada. Luego de ser expuesta en su noche apasionada en los diarios nacionales, se ve obligada a casarse con ese hombre, quien la hará sufrir inimaginablemente. Bruno Leone es un director ejecutivo multimillonario, un hombre atractivo de poco más de 30 años. Después de ser traicionado por una mujer con su propio hermano, se volvió de mal carácter. Sin querer, pasa una noche con Nicole mientras está en mal estado por una bebida que le dieron. Su padre lo obliga a casarse con la chica, él cree que ella lo planeó todo. Por ello, decide hacerla arrepentirse de lo que hizo, disfrutando y haciéndola sufrir. Nunca pensó que terminaría amándola. ¿Podrá Nicole perdonarlo después de todo el daño que causó?
Leer másBruno no podía creer lo que estaba viendo, la mujer de su vida se encontraba frente a él del brazo de su hermano, pensó que quizá era una mala broma que el destino le estaba jugando.
—¿Qué está pasando aquí?. —Preguntó completamente desconcertado.
Gritó desesperado, esperando que aquello fuera una pesadilla —¿qué es todo esto?
Su hermano al verlo se acercó sonriente sin saber lo que estaba pasando. —Para Dante era una completa sorpresa ver ahí a su hermano, les había dicho que no podría asistir.
—Hermano, por fin has vuelto. —Dijo con una gran sonrisa, acercándose a él para abrazarlo.
La chica lo miró desconcertada, no podía creer que él se encontrara ahí, por su cara pasaron miles de colores y después se quedó completamente pálida.
—Bruno, no es lo que crees, deja que te explique. —No podía creer que estaba frente a ella, jamás creyó verlo ahí.
—¿Qué demonios vas a explicarme? Que mientras te esperaba en Italia para casarnos, estas aquí comprometiéndote con mi hermano.
La tomó por el brazo de muy mala manera, la chica empezó a llorar desconsoladamente.
Dante se volvió hacia él para empujarlo, estaba completamente furioso.
—¿Qué diablos te pasa hermano, como te atreves a tratar así a mi prometida?
René su padre se acercó de inmediato, tomándolos a los dos del brazo y llevándolos a su despacho.
—Es que acaso no se dan cuenta de que están dando un espectáculo, es claro que aquí hay un malentendido.
Dante volteó a verlo con profundo odio, no entendía lo que en realidad pasaba, Bruno no sabía como decirlo, era su hermano pequeño y lo que menos quería era dañarlo.
—¿Qué carajo te pasa, porqué actúas de esta forma? —Preguntó intentando encontrar una razón lógica a todo aquello.
—Tú prometida es mi prometida -le soltó sin más —lo ha sido por los últimos seis meses.
Dante palidecio al escuchar aquello, no podía creerlo, su mundo perfecto se acaba de derrumbar debido a las palabras de su hermano.
Bruno le mostró los vídeos e imágenes de sus dos últimos años al lado de Shelsy, años que resultan ser los mismos que llevaba con Dante, tomó el celular de Bruno para ver aquellas fotos, Shelsy se veía muy feliz junto a él.
La bella y escultural modelo Shelsy Cavalli Shiviello se acababa de burlar de los hermanos Leone de la peor manera.
Dante salió furioso del despacho, su padre intentó detenerlo sin conseguirlo.
—Eres una cualquiera Shelsy ¿Cómo pudiste hacerme esto? yo te amo. —Le grito, mientras intentaba contener las lágrimas que se le escapaban.
La tomó del brazo para sacarla a rastras de la fiesta, sin importar que los invitados los estaban viendo.
—Dante puedo explicarlo, yo no sabía que Bruno es tu hermano, tu eres Dante Leone y él es Bruno Vitalli, te juro que pensaba terminar con él cuanto antes. —La chica intentó justificarse.
—Lárgate, no eres más que basura, pobre de ti donde vuelvas a acercarte a alguno de nosotros, te quiero lejos de nuestra vida y de nuestra familia, de lo contrario te haré pagar lo que nos has hecho.
Dante gritaba furioso en medio de los presentes, lo que pensó sería el día más feliz de su vida, resultó ser el más triste.
—Ya fue suficiente espectáculo ¿Qué esperan para largarse? todos fuera de aquí. —Grito a los presentes, los invitados se retiraron rápidamente, al ver todo aquello cuchicheaban entre ellos.
Su madre se acercó para abrazarlo, no podía creer lo que estaba pasando, era muy difícil para ella ver sufrir a su hijo, esa m*****a arpía los había hecho sufrir a todos.
Los hermanos desde pequeños eran muy unidos, hasta que Bruno se marchó a Italia a hacer un master en arquitectura bioclimática, Dante se quedó en Nueva York para terminar su carrera al igual en arquitectura, su padre Rene Leone era un famoso arquitecto reconocido en el país, Bruno decidió usar el apellido de su madre, Vitelli, pues quería abrirse camino por el mismo, en cambio Dante usaba el apellido de su padre, sabía que eso le abriría las puertas en el mundo de la arquitectura.
Un año había pasado desde que descubrieron el engaño de Shelsy, Dante se volvió promiscuo, todo un playboy, su carácter no había cambiado, seguía siendo el mismo bromista de siempre, pero las mujeres dejaron de tener valor alguno para él, pensaba que solo servían para dos cosas, para la cama y para fastidiar.
Bruno se concentró en el trabajo, no existía otra cosa para él fuera de eso, solo trabajo y familia, se había vuelto de mal carácter, demasiado autoritario, quizá hasta amargado, por ser el mayor, su padre insistió que fuera él quien tomara el control de las empresas, convirtiéndose en el CEO del corporativo Art Bio Leone, del cual Dante era el vicepresidente.
Su padre decidió dejar las empresas en sus manos, para así poder viajar con su esposa Mara Vitelli, quien a pesar de no ser la verdadera madre de Bruno, había actuado como tal desde que era pequeño, de su verdadera madre sólo conservaba algunos malos recuerdos, abandono a su padre dejándolo con él, sin importarle que siendo un niño de tan solo cuatro años necesitaba de ella, solo esperaba no volver a verla nunca más.
Era fin de semana y su amigo Brando Brown celebraría su cumpleaños, haría una fiesta en su mansión, no pudo negarse, Bruno odiaba las fiestas, pero no podía fallarle, eran amigos de toda la vida.
Después de convivir un rato, el barman le envió una bebida, sintió que tenía un sabor algo extraño, pensó que quizá era porque no estaba acostumbrado a tomar cócteles, minutos después, su cuerpo empezó a sudar copiosamente, sentía la boca completamente seca, decidió retirarse a descansar, esperaba sentirse bien pronto.
—Brando, no me siento del todo bien ¿podrías prestarme una habitación para descansar? —Preguntó mientras se abanicaba con su mano.
—Por supuesto amigo, no tienes ni que pedirlo, sube puedes ocupar la habitación en la que ya te has quedado. —Brando se dio cuenta que Bruno no estaba bien, algo pasaba, quizá había bebido demasiado.
Bruno subió a la habitación, dejando la luz apagada, tenía una terrible jaqueca y un calor insoportable, algo no estaba bien, su cuerpo estaba reaccionando de manera extraña, decidió darse una ducha con agua helada.
Aún con la luz apagada, se sentó en el sillón a un lado de la cama, de repente escucho voces y alguien entró en la habitación, después se dio cuenta de que cerraron con llave la puerta.
—¿Qué demonios está sucediendo? –Se preguntó extrañado.
De pronto sintió el exquisito aroma de una chica, intentó pero no pudo resistirse, lo que sea que había tomado lo estaba torturando, se levantó, tomó por el brazo a la chica y la aventó sobre la cama —si este es tu juego, pues vamos a jugar los dos— la chica se resistía y lloraba, él no entendía para qué lo hacía, estaba seguro que ella había puesto algún tipo de droga en su bebida.
No pudo contenerse, disfrutó de su pequeño cuerpo, hermoso y frágil, a pesar de no estar en sus cinco sentidos pudo notar que era su primera vez, trató de controlar sus impulsos en lo posible, aún así sabía que se estaba comportando como un canalla, pero si eso es lo que la chica quería, eso era lo que obtenía..
Nicole no podía creer que su hermana Sondra insistiera en que la acompañara a una fiesta, le extrañó que lo hiciera, ella no era de acudir a fiestas y su hermana no era de invitarla, por eso no pudo negarse cuando se lo pidió.
Llegaron a la fiesta , después de convivir un rato con su hermana y sus amigos, un mesero que pasaba por accidente tiró una bebida sobre su vestido.
—¿Nicole qué le ha pasado a tu vestido? — exclamó alterada su hermana —Es mejor que subamos para que te cambies, Brando ha dispuesto una habitación para nosotras, nuestras cosas ya se encuentran ahí.
—Está bien Sondra, subiré a cambiarme. —Siempre hacia lo que su hermana pedía.
Subieron a la habitación, al llegar Sondra simplemente la empujó dentro y cerró con llave, no entendía qué pretendía al encerrarla, la habitación se encontraba a oscuras, buscó el interruptor para encender la luz, pero de pronto sintió que unos fuertes brazos la jalaron y la empujaron sobre la cama.
Escuchó la voz ronca de un chico —si este es tu juego, pues vamos a jugar los dos— el hombre aquel de un solo tirón rompió su vestido, no podía creer que eso le estuviera pasando ella, trató de gritar pero él cubrió su boca con la mano, ella no aceptaba que así fuera su primera vez.
Él besó desesperadamente su cuello, sus grandes manos recorrían su cuerpo, ella solo temblaba, sintió un dolor terrible cuando invadió su cuerpo, solo quería despertar de esa pesadilla, ese hombre destruyó su sueño de llegar virgen al altar, no sabía si podría superarlo.
Shelsy subió a buscar a Bruno, esperaba que no se llegara a enterar de que ella le pagó al barman para que pusiera afrodisiaco en su bebida, entró en la habitación que se encontraba a oscuras, de pronto sintió que la jalaban hacia la cama, siempre había querido estar con Bruno cuando eran novios, pero él siempre se negó, quería esperar hasta el matrimonio para que fuera una noche especial, ella pensaba emborracharlo en la noche de bodas para que no se diera cuenta de que ya había estado con otro, está vez esperaba que con la droga en su sistema no lo notará.
Por la mañana, Bruno despertó sobresaltado, tenía una resaca tremenda, escuchó sollozos a su lado, en ese momento lo recordó todo, esa estúpida chica lo drogó para meterse en su cama, no entendía porqué había decidido dar su primera vez de esa manera.
Nicole no había podido dormir después de lo que sucedió, el miedo la paralizaba, había decidido no salir de la habitación, si alguien se daba cuenta podría pensar que ella busco lo que sucedió, el hombre a su lado se despertó, toda la noche ella le dio la espalda, al voltear noto que la observaba, por fin podía ver el rostro del animal inhumano que la tomó por la fuerza, él la vio claramente enojado, justo cuando iba a decir algo, la puerta se abrió, su hermana Sondra entró en compañía de varios reporteros, Nicole sabía que su hermana no la soportaba, pero no la creyó capaz de hacerle esto.
Bruno furioso por instinto intentó cubrir la cara de la chica con la sábana, sabía que era tarde, los reporteros ya habían tomado varias fotos de ella, corrió de muy mala manera a la pelirroja y a los reporteros.
—¿Que se han creído para invadir así mi privacidad? —Les grito con furia.
El tono que usó para decir esto alertó a los periodistas de que un gran problema se acercaba si no salían de ahí inmediatamente, Sondra salió de la habitación junto con ellos, una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.
Nicole no podía parar de llorar, eso desesperó a Bruno.
—Puedes parar de llorar, ya me canse de tu juego, lo tenías todo muy bien planeado, lo único que faltaría es que te hicieras la víctima, lárgate de inmediato o no respondo.
—Yo no he planeado esto, al igual que tu, no sé lo que ha pasado, creo que mi hermana lo ha planeado.
—LARGATEEEE. —Le gritó completamente fuera de sí, no quería volver a verla.
Leandro fue despertado por los ruidos en la habitación contigua, la luz del día se filtraba por la ventana, se disponía a observar al amor de su vida que yacía entre sus brazos, observó una cabellera rubia, se sentó de inmediato, no sabía que había pasado esa chica claramente no era Nicole.
—¿Quién demonios eres tú? —Preguntó extrañado.
—Lo mismo digo ¿Cómo te atreviste a usurpar el lugar de Bruno? —Reclamo Shelsy furiosa.
Los dos callaron para no ser descubiertos ¿Quién demonios hacía tanto ruido en la otra habitación? No podían creer que se habían equivocado.
Bruno y Nicole disfrutaban de su luna de miel, a Dante y a Sophie casi no los habían visto, habían recorrido gran parte de la bella isla, les parecía estar completamente en otro mundo, maravilloso y pacífico.—La isla de los dioses, ahora sé porque la llaman de ese modo. —Dijo Bruno parado en la playa, observando las hermosas aguas turquesas, estaba descalzo sobre la suave arena, aquel lugar era un paraíso en la tierra.Nicole jugaba en el agua, se le figuró una n**a pequeña, recogía algunas conchas, cuando tenía varias las devolvía al mar.—¿Qué haces? —Preguntó divertido.—Observando estás pequeñas conchitas, todas tienen algo diferente. —Bruno la observó, él las vio todas absolutamente iguales.Se acercó a ella y besó su cuello, mientras una coqueta sonrisa se dibujaba en sus labios.—¿Qué te parece si dejamos para mañana nuestro viaje a Ubud? —Preguntó esperando que aceptará su propuesta.—¿Qué planes tiene usted para hoy señor Leone? —Contestó con una sonrisa, haciendose la desen
Trasladaron a Nicole a la sala de parto, a Bruno le dieron ropa especial para que pudiera entrar con ella, después de desinfectarlas coloco dos cámaras para poder filmar el parto desde diferentes ángulos, él se coloco junto a Nicole y tomó su mano.Nicole sudaba profusamente, el médico intentó colocarle la epidural, ella se negó rotundamente, Bruno tomó un paño para secar su frente, lo hizo suavemente, intentaba mantenerse calmado para darle ánimo.El dolor que sentía debido a las contracciones empezó a ser mucho más fuerte, apretó la mano de Bruno fjertemente.—¡Carajo! Como duele, duele demasiado, ya lo había olvidado.—Mi amor, corazón, vas a arrancarme la mano. —Dijo Bruno con suavidad intentando no alterar la, aún cuando sentía que sí seguía así en verdad le arrancaría la mano.—Te arrancarme la mano y lo que tienes entre las piernas y ni así sentirás lo que yo estoy sintiendo. —Dijo en un tono agresivo.Bruno se puso pálido al imaginarse que hacía lo que le había dicho, instinti
Nicole se encontraba en su recámara, no podía creer lo que estaba sucediendo, había llevado con ella la foto que Leandro tenía en su casa en Milán, habían trasladado el cuerpo para sepultarlo en Nueva York, aún no se hacia a la idea de lo que había sucedido.Shelsy y su madre habían viajado con ellos, Bruno lo permitió porque lo que le había hecho ya no dolía y para Nicole y Rina era importante por que el bebé que llevaba en su vientre era de Leandro.Nicole estaba parada frente a la ventana, tenía la mirada fija sobre la foto, Bruno entró en ese momento a la habitación y se acercó a ella, le dolía verla así, limpio sus lágrimas con su mano.—Ya es hora amor, debemos ir a la iglesia y de ahí al cementerio, me duele terriblemente lo que estás sufriendo, nunca pude llevarme bien con Leandro y te pido perdón por eso, se que él era muy importante para ti y para nuestro hijo, por cierto mi madre se quedara con Santi, el médico ha indicado que no puede recibir emociones fuertes, por ahora n
Horas después el médico salió del quirófano, todos se acercaron para ver que noticias tenía, por su cara imaginaron que nada bueno pasaba.—¿Cómo está mi hijo? —Preguntó desesperada Rina, algo dentro de su corazón le indicaba que las cosas no estaban nada bien, sentía una presión muy fuerte en su pecho.—Logramos estabilizarlo, desgraciadamente las balas no presentaban orificio de salida, por lo que tuvimos que extraerlas, órganos internos se han visto comprometido, así que solo queda esperar las próximas horas para ver qué tal responde, es un hombre joven y fuerte, así que quizá un milagro suceda, será trasladado a una habitación, en unas horas despertará, podrá pasar a verlo una persona a la vez, solo las más cercanas por favor, es importante que no se agote, no se quien se llama Nicole, en su inconsciencia la nombraba una y otra vez.Las mujeres lloraban desconsoladamente, sobre todo Nicole y Rina.—Aún cerca de la muerte piensa todo el tiempo en mi, no puedo con esto, de verdad qu
Leandro recibió la ubicación, el convoy de camionetas enfiló a gran velocidad hacia las afueras de la ciudad, más adelante la llanta de la camioneta donde iba Bruno comenzó a fallar, Leandro que iba hasta adelante no se dio cuenta.Cuando llegó al lugar vio que las otras dos camionetas no venían atrás, marcó de inmediato a Bruno, les indico que bajaran algunos hombres de la tercera camioneta para que subieran ellos, enseguida envío la ubicación, estaban relativamente cerca.Leandro estaba impaciente, el tiempo era crucial para salvarla.Dentro de la casa, Sergio habia atado a Nicole y al n**o a unas sillas, el pequeño estaba asustado, pero aún así se contenía para no llorar, no quería que Sergio lo fuera a castigar como lo había hecho tantas veces.Les cubrió los ojos con unas vendas, encendió la cámara y empezó a grabar.—Leone en verdad espero que puedas ver esto, tu mujer tendrá que firmarme algunos documentos si es que quiere que deje en libertad a su hijo, de una vez se los digo,
Más tarde los hombres salieron en busca de Sergio, en la casa solo quedaron Emma, Nicole, Rina y Mara, cuidadas por los guardaespaldas, por la noche, Nicole descansaba en su habitación, su teléfono empezó a sonar, era un número desconocido, agradeció estar sola en ese momento, ya sabía de quien se trataba.—Aló.—Vaya, atiendes rápido mis llamadas palomita, ¿ya estas en Milán?—Sí. —Contestó débilmente.—Jajaja ya lo sé, están en la casa de mi hijo, que obvios han sido.Nicole sintió escalofríos, ¿sería que ese hombre podía verlos?—Escuchame, por la madrugada, a las cuatro específicamente, una camioneta te estará esperando en la esquina de la casa, así que será mejor que salgas sin ser vista, cuando estés aquí dejaré ir a tu hijo, tu te quedaras en tu lugar.—¿Y como se que puedo confiar en ti? Después de todo no eres un hombre en el que pueda confiarse.—No tienes de otra, si no vienes mañana les enviaré un regalo, no te sorprendas cuando lo recibas.—Eres un jodido loco. —Nicole te
Último capítulo