─Tamara por favor relájate ─Christopher esta tras mi.
─¡¿Qué me calme?! ¡¿Cómo me voy a calmar si esa perra faldera tiene a mis hijos?! ─mi dedo esta cansado de estar marque y marque a Rohan, pues justo ahora es mi única salia.
Mis ojos arden de tantas lagrimas que he intentado detener y que simplemente caen, mi nariz la siento tapada dificultandome la respiración y mi garganta arde, pero eso no evitara que haga algo por mis hijos.
─¡Déjame salir de una puta ves de esta casa! ─intento salir nuevamente pero Chris no me deja.
Vuelvo a marcar su numero pero me manda a buzón inmediatamente, ya no se que hacer, no me dejan salir de aquí y yo siento que cada minuto lejos de mis hijos es un infierno.
Escucho la puerta y esperanzada de que sean mis hijos, le doy una patada a Chris en su chiquitin y voy corriendo.
Pero al ver que solo es Agustín, toda ilusión muere y las lagrimas vuelven a salir de mi como si no sirviera para hacer otra cosa.
─Yo... trate de comunicarme con todos, pero no resp