Misael
Tenía demasiadas emociones encontradas. Primero, no esperaba que sus cicatrices fueran producto de un accidente. Segundo, no esperaba que su abuela quisiera matarla por eso y tercero, aunque lo deseara… no lo esperaba. Que la mujer que amas te diga que puede que seas padre no tiene comparación alguna.
Me siento ridículamente feliz y el hombre más afortunado de la tierra. Eso es en caso de que Emili esté embarazada. Esta vez haré las cosas bien.
—Aunque no está confirmado todavía, puede que tengas un hermanito —le cuento a la lápida de mi hijo—. Serás el hermano mayor, Mark —pongo unas flores de colores olorosas en un jarrón—. Encárgate de cuidarlo mientras es un angelito y, cuando llegue a la tierra, me encargo yo.
Me levanto de la grama y siento mi corazón partirse. Siempre me pasa esto cuando me toca marcharme de aquí.
—Como desearía que estuvieses aquí —suspiro y veo al cielo—. Te amo, campeón.
Empecé a salir del cementerio. Pasaría por Emili después de su clase para irnos a