AZUL
Despierto al sentir el sol sobre mi rostro, afuera se escuchan las aves silvestres ubicándome de inmediato en el lugar donde me encuentro.
Abro los ojos despacio, y lo primero que veo es el abdomen desnudo de David. Recuerdo todo lo que hicimos anoche y, siento un leve dolor entre las piernas.
Me quedo inmóvil para no despertarlo y me dedico a observarlo dormir. Su respiración es suave y tranquila, su cabello está desordenado, y un mechón rebelde cae sobre su frente. Tiene la boca entreabierta y su rostro ligeramente volteado hacia mi.
Tomo conciencia de mi propio cuerpo: tengo la cabeza sobre su hombro, rodeo su abdomen con mi brazo y mi pierna derecha se encuentra entrelazada con las suyas.
Estoy casi sobre él.
Siento su agarre fuerte sobre mi cadera a pesar de estar profundamente dormido. Me siento segura y cómoda.
Podría acostumbrarme a esto.
Pero no debo. Lo que tenemos no puede prosperar, tarde o temprano tendré que apartarme y dejarlo libre para que busque a alguie