Soy Peter, se repetía.
-¿Te agradezco haber apostado por mí o vas a agradecérmelo tú? - sonrió con seguridad juntándose a ella, haciendo caso omiso a sus pensamientos.
Cristina soltó una pequeña risa mientras daba un largo sorbo a su copa, permitiéndole oler a Juan por cercanía el fuerte aroma a alcohol que salía, tequila quizás. Sus ojos grises serpentearon como siempre su cuerpo únicamente cubierto por el bañador y ya casi seco por el calor que emanaba el Coderex.
-Muy tentador, Peter Martinez - recogió una pequeña gota que circulaba por su cuello. - Pero vine aquí hoy a despedirme cortésmente. Me gusta dejar todo atado, así que me disculpo por el viernes pasado ante mi ausencia.
-¿Despedirte?
-Recuerda mi cara porque es la última vez que la verás - palmeó su pectoral con diversión. - Estuvo muy bien pero ya mi estadía en el Coderex caducó.
Juan podría desmayarse ahí mismo en ese instante y también quería golpearse la cabeza contra la pared al sacar conclusiones preci