-EN EL EDIFICIO DEL CONGRESO-
Luego de sostenerla para que no pudiera marcharse, cuando pensó que ya se habían calmado un poco, Pablo la soltó para empezar a hablar, y Claudia simplemente aprovechó su descuido y se fue. Sin explicaciones, sin cruzar una palabra, se marchó. Pablo quedó parado solo en la oficina presidencial, aún con la sensación de la piel sedosa de Claudia en sus manos y el olor de su perfume floral aún en la habitación, aún usaba el mismo perfume que lo volvía loco, que el le regaló para su primer mes de novios y desde ese día se volvió en su perfume característico, el olor de Claudia, no importa donde estuviesen, cuando el sentía ese olor, todo su cuerpo se tensaba y pensaba que ella estaba cerca, y la emoción y nervios se apoderaba de él, pensó que después de 5 años ya había olvidado su olor, pero en ese momento se dio cuenta que le causaba la misma sensación, nada había cambiado. Claudia salió de la oficina y sus guardias la escoltaron directamente a su carro, y una vez sola en su Escalade negra, empezó a llorar sin parar. Lloro por ver a Pablo después de tantos años, lloro por huir en vez de enfrentarlo después de todo, lloro por la vergüenza de sentirse débil, lloro porque su plan no funcionó, pero también, entre sus lágrimas, lloro porque cuando Pablo la tocó, se dio cuenta que podría olvidar todo lo que pasó y caer de nuevo en sus brazos solo con un roce. -TORRE PETROLIUM INC- Durante el trayecto hasta el trabajo, Claudia logró calmarse, recomponerse y retocar su maquillaje. Cuando llegó a su oficina, vio que María la estaba esperando. -¿Problema resuelto? -preguntó María, con un tono más de afirmación que de interrogante,confiada en que su jefa siempre logra sus planes. -Llama a Andrés y a Manuel, convócalos a una reunión de emergencia. El asunto está más difícil de lo que pensamos. -contestó Claudia con tono firme y demandante, ignorando la pregunta de María. 20 minutos después estaban todos reunidos en la oficina de Claudia, curiosos ante el llamado de urgencia, pocas veces tienen este tipo de crisis. Claudia se levantó y les dijo con firmeza: el Ministro Sánchez va a ser un problema, no va a dar su brazo a torcer y planea llevar una gestión sin acuerdos dudosos o atajos rápidos. Vamos a ponernos manos a la obra y trabajar en conjunto para conseguir nuestras sedes. Las caras de todos se pusieron visiblemente preocupadas, pero Claudia, siempre en su papel de jefa y organizadora, no perdió tiempo y les dio sus tareas a cada uno: -Manuel, termina los documentos necesarios para solicitar los terrenos y llévalos a la oficina de Urbanismo del ministerio. Andrés, negocia con las empresas internacionales un plazo de 3 meses, dándoles un bono en los dividendos. María, prepara unas obras benéficas remodelando hospitales o colegios que nos den publicidad positiva en el área de obras. Y Laura, pon al día todos los documentos y pagos relacionados a las adjudicaciones del año pasado, no queremos que levanten ninguna sospecha ni que estén incompletos. -Jefa, ¿cree que tengamos algún problema por el año pasado? -preguntó Laura nerviosa. Claudia, luego de pensar por un momento, contestó firme: el ministro Sánchez es joven, inexperto y en busca de crear su marca en el mundo de la política, lo que lo hace impredecible y peligroso, no podemos dejar cabos sueltos en caso que quiera jugar el papel de héroe y empezar a buscar problemas donde no los hay. Todos asintieron con la cabeza y se marcharon a comenzar sus tareas. Incluida Claudia, a quien todo el tema del Minsiterio la había distraído de todo el trabajo diario de la empresa, así que apenas todos se fueron, comenzó a trabajar en sus pendientes. Pasaron horas, pero Claudia sumergida en su trabajo no notó el paso del tiempo, se dio cuenta que había caído la noche y todo afuera de su oficina estaba oscuro cuando recibió una llamada que la distrajo de todos los documentos que tenía en frente, al coger su teléfono: Papá. La familia de Claudia era muy particular, una familia pequeña, cercana y amorosa, algo muy raro e inusual de ver en una familia de dinero, usualmente el dinero los distrae de lo importante: la unión familiar. Pero los Gil no eran así, más bien veían a la familia como el motor principal para trabajar y seguir haciendo dinero, para ellos no tenía sentido tener dinero si no tenías con quien y para quien usarlo y disfrutarlo. Por supuesto, con el apellido también vienen exigencias y expectativas que todos esperan que cumplas, y Claudia no estaba exenta de eso, al final, era una Gil, y nadie puede escapar de la sangre. -Hola papá, ¿cómo estás? - contestó Claudia. Claudia puso su teléfono en altavoz para escuchar la respuesta de su papá mientras seguía trabajando: todo bien hija, hoy voy a hacer una reunión en la casa y quisiera contar con tu presencia. Claudia, cansada del día que tuvo, no tenía ánimos para ir y fingir normalidad con los amigos de su padre, pero es incapaz de decirle que no a su padre: Claro papá, ahí estaré. -y colgó para terminar su trabajo.