Intento calmarme, pongo todo mi esfuerzo en lograrlo. Desde pequeña siempre mi madre me ha dicho que la mejor manera de resolver nuestros problemas es respirando profundo, esperar unos segundos y comenzar a pensar soluciones con la cabeza fría, pero el lugar donde estoy no me ayuda en esa tarea.
Fui engallada, me lo advirtieron, de hecho, no lo quise creer o eso es lo que quiero pensar. Tal vez solo soy chismosa y tonta, lo que para mí mala suerte, no es una buena combinación, o solo soy estúpida. A estas alturas opto por lo segundo.
Noto que comienzo a atraer atención, que todos estos hombres no paran de verme con sus ojos lascivos y asquerosos, lo cual es un choque en la realidad; no tengo tiempo de llorar. Debo hacer lo que me enseñó mi madre, debo respirar, buscar a mis amigas y huir de aquí. Cuando esté en casa a salvo, pensaré qué hacer. Así que me limpio las lágrima