68. Conociéndonos
Fabiola
No encuentro la forma de parar este desastre, la madre de la novia, está hecha una fiera indomable, todo nuestro trabajo tirado en minutos, es el evento mas triste que hemos asistido; nos vemos unos a otros con resignación.
Como puedo empiezo a recoger lo que ya han roto, mientras los chico tratan de mantener calmada a la suegra loca, tarea demasiado dificil; de un momento a otro alguien toca mi hombre llamando mi atención.
Creo que es un invitado más, hasta que me pregunta por Isa, lo que se me hace muy extraño y me pongo a la defensiva.
—¿Y por qué te interesa? ¿De dónde la conoces? —le cuestiono.
—Digamos que soy quien ayudo en su contratación y bueno, yo solo quería...
—Hacer las cosas mal como siempre —un hombre de edad avanzada lo interrumpe —malos días hija, salgamos de aquí antes de que nos vuele una silla en la cabeza.
—No voy a ningún lado con ustedes, no los conozco —el miedo corre por mis venas, más me mantengo firme.
—Tienes razón —el hombre may