Al ver que no puedo responder ella se pone de pie y se dirige a la puerta y a mi me da más terror de que les valla a llamar y ese hombre entre en la habitación.
-Señor, creo que a la señora le pasa algo.
Cuando la escucho la respiración se me empieza a atascar en la garganta solo de pensar que pueda se Jaime o el señor Arturo. Pero mi sorpresa aumenta cuando el que entra en la habitación es Dylan. Sin pensarlo dos veces me levanto de la cama como una niña de 5 años y me arrojó a sus brazos.
-Estas aquí.
Le digo mientras rodeó su cuello con mis manos y el rodea mi cintura con los suyos. No puedo evitar emocionarme de verlo estas últimas horas solo pensaba en que el me había entregado a su padre de nuevo y verlo aquí me regresa las pocas esperanzas que tenía de poder estar libre con mi familia otra vez.
-Si discúlpame, tarde mucho en