-Vamos a cenar que se va a enfriar.
Dice Dylan girándose a la casa para evadir el tema. Entramos y la cena transcurre entre pláticas entre ellos de negocios y en ningún momento tocan el tema de mi situación. Cuando terminamos la cena subo a la habitación con algo de miedo a que regresen las pesadillas pero lo que menos quiero en este momento es tener otro ataque de pánico.
Estoy desnudándome para ponerme una de las pijamas, estoy sin sostén y el pantalón a medias piernas cuando la puerta se abre y me quedo helada al ver como la mirada intensa de Dylan me recorre de arriba abajo una y otra vez. Me aclaro la garganta mientras coloco mi mano cubriendo mis pechos.
-Discúlpame es la costumbre de no tocar.
Tomo la blusa de la pijama y me la pongo lo más rápido posible, pero aún siento mi cuerpo arder ante su mirada tan intensa.
-Esta bien.
Digo mientras termino de cubrirme.
-Vine a traerte otra maleta con algunas cosas que Mary le dio a Martí para