Valentina se encontraba entre un montón de cajas y maletas en la casa de su amiga Yolanda de la Cruz, ésta saltaba y aplaudía como una niña porque le encantaba el hecho de que su amiga conviviera con ella. El espacio era bastánte grande en realidad y el apartamento muy espacioso. El pago era mínimo ya que "el casero" era su cliente tambien y le pagaba... ¡pues como ella pagaba! La habitación que su amiga le asignó es bastante cómoda; con un ventanal hermoso que luce unas cortinas del color de sus ojos y un closet gigante donde al parecer puede guardar sus cosas sin que se deterioren.
— ¿Qué te parece amiguísima? - preguntó sonriendo.
— ¡Es hermoso! pero solo estaré aquí hasta conseguir un trabajo estable y poder costear mis gastos - Yolanda rodó los ojos.
— ¿Otra vez la burr