Mili volteó y frente a ellas estaba un hombre vestido de dorado, llevaba un sombrero punta agudo negro, sus barbas blancas caían al pecho y su estatura era de un metro y treinta, sus uñas eran largas y también usaba botas puntiagudas como las de Matilde y en sus manos sujetaba un bastón igual dorado. Sus ojos estaban cerrados.
—¡Qué personaje es este! —exclamó Mili que no dejaba de mirarlo de pie a cabeza.
—Es Olife —replicó Matilde, que de inmediato se le acercó y le dijo: —Olife, que emoción es una gran alegría, verte de nuevo.
—¿Qué te trajo por acá mi querida Matilde? —,es de dos años que no vienés a visitarme.
Aquel hombre misterioso también era curioso de saber el motivo d