—¿Usted qué, Yolanda?
Las risas de Sofía y Rebecca aproximándose al pasillo cercano a las escaleras, interrumpen la conversación entre Emilio y Yolanda.
—¡Vamos a la biblioteca, por favor! —Le pide Emilio, quien necesita saber lo que ocurre.
—Es mejor que hablemos luego, Emilio. —Yolanda sube las escaleras directo hasta su dormitorio.
Había estado a punto de decirle la verdad a Emilio cuando sabe que eso podría provocar situaciones adversas para ella y para la integridad de su otro hijo. Entra a su habitación y se encierra, llora hasta el cansancio.
Esa tarde y durante la cena, Yolanda estuvo evadiendo a Emilio, no quería hablar con él, ni mucho menos enfrentar aquella verdad, por lo que prefirió no bajar a cenar.
Rebecca nota que algo debe estar pasando, pues su madrina, no suele mantenerse distante.
—¿Te comentó algo mi madrina?
—No, realmente no se siente bien y por lo que veo tampoco bajará a cenar. Voy a pedirle a Mercedes que le suba algo de comer.
—No sé que