Valeria
Seguía confundida, no lo soñé, no lo imagine, William dijo que me amaba. Y desde que salió por esa puerta no he podido pensar en otra cosa más que en eso y trato de buscar en mis recuerdos algo que me diga quien es en realidad William. Las respuestas deben estar en la Biblioteca. ¡Sí! Creo que ya es hora de entrar a los archivos secretos de mi padre.Abro la puerta de mi habitación y tengo a dos de mis guardaespaldas impidiéndome el paso.—Lo siento señorita Valeria, pero el licenciado pidió que no dejáramos que abandera su habitación.Me sonrió y les muestro las esposas en mis manos.—Esta es la peor broma de mi vida. ¿Qué les pasa? ¿Acaso soy prisionera en mi propia casa? Estoy permitiéndome quedar con estas hermosas e incomodas