Lo observé perpleja, ¿Brujería? –No entiendo de que hablas William.
—¿A dónde vas? –preguntó directamente.
—Yo… a su cumpleaños.
—Vamos entonces –musitó y fue a mi baño. Pronto salió peinado, y perfumado. Su perfume aún continuaba en mi baño y él, lo sabía.
—No entiendo nada William ¿quieres… hacerle daño? –pregunté temblorosa y él negó.
—Claro que no ¿por quien me tomas? Quiero hablar con ella –susurró acercándose a mí.
—No. Es mejor que… me quede –comenté temblorosa y negó.
—Dame su dirección –ordenó y negué.
—¡No! Necesito que te vayas –pedí y él asintió. En cuanto se fue, coloqué seg