El tiempo que Naomi llevaba sin respiración continuaba avanzando, los ojos de Adele no dejaban de contemplar con horror la escena. Mientras Federic luchaba contra la corriente y en sostener a su hermana, Adele se dedicaba a llamar a los servicios de emergencia, cada segundo era vital en ese instante, no podrían perder a nadie más, no importaba el costo. Luego de haberse asegurado de dar correctamente la dirección y de que el servicio de ayuda viniera en camino, la joven se acercó lo más que pudo para extenderle una mano a Federic, quien lentamente perdía las fuerzas en su cuerpo. Ambos sabían que saltar al agua para salvar a alguien sin tener conocimientos de rescate era demasiado riesgoso y podría poner en peligro la vida de ambos, sin embargo, quedarse de manos cruzadas para ellos tampoco era una opción.
Ellos sentían que el ser