Esmeralda dio un paso vacilante hacia adelante, manteniendo la cabeza baja, deslizando la tira de su camisón, que se deslizaba por su cuerpo, revelando sus curvas.
— Sé que no eres el tipo de lobo que obliga a una mujer a nada, mi rey… ¿Me permites conocer tu lado bueno? — Levantando sus ojos brillantes, Esmeralda mostró una sutil sonrisa. — Por favor…
— ¡Esmeralda, no tengo un lado bueno ni interés en ti en este momento! — Gruñí, irritado, me agaché frente a ella y tomé el camisón, empujándoselo. — No vuelvas a aparecer en mis aposentos sin ser invitada.
— ¿Callie fue tu invitada? — Aún desnuda, se acercó, deslizando la punta de los dedos por mis brazos, acariciando sutilmente. — Permíteme mostrarte cómo es estar con una loba de verdad, Alfa.
Apreté l