POV: DANTE
Bajé las escaleras al sótano, observando a la bruja retorcerse contra las cadenas que quemaban sus muñecas, con la boca amordazada.
— Hola, Azura, — saludé, mientras rascaba mis garras, girando su cuerpo suspendido en las cadenas. — Ese hechizo de envenenamiento que preparaste para mi loba, ¿cómo funciona?
Ella balbuceó sin poder hablar.
— Ah, es verdad… — La provoqué, tirando con fuerza del velcro que cubría su boca.
— ¡Ya te lo expliqué antes de que me obligaras a prepararlo! — Gritó Azura en mi dirección.
— Querida brujita, creo que no fui claro con mi pregunta. — Gruñí, agarrando sus mejillas y hundiendo mis garras en su carne, haciéndola gemir de dolor. — ¿Por qué ese