Narra Leah♥
—Entonces me engañaron.
Lila no me quiso dar más detalles y ya habían pasado 48 horas y no había legado a casa. Beatriz se había limitado a mirarme mal, y a ignorarme, en el fondo la comprendía, Marcos aún seguía en la residencia de los CEO. Recordaba la mirada del padre de Santiago y un escalofrió se producía en mí.
Lo detestaba por todo lo que pasaba, por todas esas niñas privadas de su libertad en el Lado Correcto.
—Estas preciosa, hoy.
Gabriel se sienta a mi lado y como siempre se dispone a escucharme.
—Siento que todo esto es una pesadilla.
—¿Por qué, Leah?
Suspire, no sabía si lo que diría iba a ser una locura o no.
—Sabes