Al estar un rato más en el despacho mirando los documentos que se encontraban en el escritorio pude darme cuenta que mi padre había hecho negocios con gente extranjera y que los negocios valían millones de dólares. Dándome cuenta que tenía más trabajo ya que debía encargarme de esos negocios en vez de mi padre.
¡Toc toc!
-Adelante. – respondía al escuchar que alguien tocaba la puerta, por lo que al responder vi como Sebastián entraba y cerraba la puerta al entrar.
-Señorita sé que H no es el típico hombre al que le encargamos trabajos así, pero créame que en verdad es el mejor que usted pueda conseguir.
-Yo entiendo eso, pero dime ¿Cómo es que él tiene que hacer estos trabajos?
-Él desde siempre ha tenido que vivir en los suburbios, juntándose con gente muy peligrosa y al no ver cómo sobrevivir tuvo que hacer ese tipo de trabajos para obtener dinero para así alimentarse. Sé que tiene trece años, pero