Por supuesto que el abuelo iba a decidir irse.
Él está esperando que el cobarde de su hijo detenga de una vez por todas a esa mujer.
—¿Y Zareck? ¿Cómo está él?—pregunto y veo un brillo extraño en los ojos de Samuel.
—Zareck está bien, de alguna extraña forma, ella no lo molesta.— dice y se encoge de hombros.— Además de que casi no tiene tiempo de molestarlo porque él nunca está en casa con lo de los entrenamientos y eso… Que, si me lo preguntas, considero ha sido de alguna extraña manera su bendita salvación.— dice y junta las manos como si fuera un creyente abnegado.
No sé por qué, a pesar de la situación y mi enojo, la imagen de Samuel haciendo eso me hace reír.
Él se incomoda con mi risa y lo escucho aclararse la garganta.
—Eso era to