Tamir estaba sentada en el jardín a altas horas de la noche mientras su hija dormía. No quería molestarla con sus lágrimas, después de todo asustaría a su hija, e incluso a ella misma. En su columpio bajo el árbol frutal, lloró en silencio y enojada consigo misma por seguir pensando en su ex. Cómo le dolía, ya que él estaba con otra mujer, y hasta con una nueva hija, lo que hacía que a Sissa le gustara su nueva hermana. Dejando sola a su madre, casi toda la semana, como si fuera solo una amiga y no su madre. Y allí en silencio, tomó un cuello largo, para dormirse mucho más rápido. Pero una voz la atrapa en el pp del gato.
- Beber tarde en la noche. - Dice Michaluz llegando de sorpresa
- ¡¿Michaluz?! - dice tamir asustado
- Hola. – Saluda Michaluz
- ¡Que susto! – Ventilaciones Tamir
- Pensé que estabas durmiendo. – continúa Tamir
- No me acostaría contigo sufriendo así. - Contesta Tamir
- Estoy bien. – dice Tamir, mirando hacia otro lado.
- ¿Dónde estás bien? – Ironiza Michaluz