Antonio estaba desesperado, había llamado a todos los conocidos de Kate, ofreció recompensa, su foto salió en los periódicos y ya tras una semana de desaparecida, parecía perder las esperanzas.

La tierra se había tragado a Kate, sin dejar ninguna huella, solo estaba el auto rojo donde se iba acompañada

-¿quién la acompañaba?, ¿con quién se fue?, ¿por qué se fue?- Antonio le daba vueltas a la cabeza sin entender nada

Eduardo desde Europa movió todas sus redes para averiguar acerca de Kate, todos los hospitales, clínicas y centros de asistencia de salud estaban avisados por si la veían, también él ofreció una suma grande de dinero para quien tuviera alguna información. Eduardo sabía que en su estado de embarazo tarde o temprano tendría que asistir a un centro de salud.

Eulogio siguió la pista del auto rojo con el detective, revisaron las cámaras anexas por si podían distinguirlo en bombas de bencina, afuera del Banco, afuera de la empresa Casablanca y en ninguna parte se veía el vehícul