Guillermo salió en su coche, a esa hora hacía más frío y una brisa de nieve soplaba fuertemente, recorrió calles, plazas, restaurantes, pero no la veía, no tenía pistas y apenas la había visto una vez, igualmente siguió buscándola, iba lentamente en su vehículo, cuando vió a una joven correr y detrás de ella dos tipos la perseguían, inmediatamente acelero hasta ponerse al lado de ella, se detuvo y abrió la puerta y le gritó -¡¡Julieta súbete!!
Ella lo quedó mirando -¿cómo sabía su nombre?- pensó pero inmediatamente lo reconoció era el hijo de la señora Georgina
-¡¡súbete!!- le repitió mientras los hombres casi los alcanzaban
Julieta torpemente se subió al auto y Guillermo arrancó a toda velocidad. Por el espejo retrovisor vieron a los dos tipos detenerse al ver que el coche se alejaba
Julieta tiritaba, Guillermo no sabía si era de miedo o de frío, o de ambas cosas.
Subió la calefacción -¿cómo estás?-
-déjeme bajarme-
-queee, te acabo de salvar-
-¿salvar?-
-ustedes me secuestraron, me