Volvieron a la tribu Wulka, a todos les dio pena ver el estado en que estaba, paredes negras por el fuego, desolada y muchos rastros de objetos quemados.
Inmediatamente trataron de limpiar, los hombres las rucas para poder pasar la noche y las mujeres la cocina.
Paso el fin de semana y Kate se tuvo que devolver, dejo las esperanzas en la selva, ya habían pasado dos meses y Antonio no aparecía.
Otro que perdió las esperanzas fue Joaquín, quien después del trabajo se daba vueltas por la ciudad por si veía a Eslha, también ya llevaba dos meses en esa rutina, llegando a su departamento a la medianoche, a sentir y dormir en su soledad.
Las mujeres de la empresa se morían por estar con él, iban a preguntarle cualquier cosa, lo esperan en el pasillo para topárselo, lo esperaban a la hora que llegaba, pero Joaquín no miraba a ninguna, no dejaba de pensar en Eslha
Eslha por su parte a dos meses de trabajar en el restaurante, le iba muy bien, cantaba por la tarde y por la noche había conseguido