Caesar empezó a gritarme por teléfono, pero yo no le entendía que me decía.
— Voy al baño — Le grite también.
empecé a pasar por la multitud para abrirme paso al baño, entre y cerré la puerta con seguro.
— ¡Dónde carajo estás Kendall! — Me grito.
Yo me detuve de inmediato, aparte el celular de mi oreja y lo quedé mirando.
Este tipo idiota como se atrevía a gritarme.
Volví a ponerme el celular en la oreja.
— ¡No me grites! — Le grite.
— Si yo fuera Paulina tu no me gritarías —Le dije.
— Lo siento, ahora dime dónde estás, te escuchas muy borracha — Me dijo más calmado.
— ¿Vendrás por mi? — Le pregunté.
— Si, ahora dime dónde estás — Me respondió.
Me di la vuelta y salí del baño, volví a pasar por la multitud, pero está vez era para salir de la discoteca donde me encontraba.
Salí de la disco y camine un poco, después me tire en el suelo y me senté.
— Estoy afuera, y no estoy borracha — Le respondí.
— Enviame tu ubicación, pero hazlo ya por favor — Me pidió.
Yo le colgué y le envié mi ubi