Zahir, llamó a la puerta de las habitaciones reales, un adelante le dio acceso.
-Alteza- le saludó Naiara, con una pequeña reverencia.
-Hola, Naiara- se acercó y observó al pequeño bultito en sus brazos- cada día está más hermoso.
-Así es- le sonrió- ¿le cargará?
-Como siempre- respondió con una tierna sonrisa- no puedo resistirme a él- lo tomó en brazos y lo arrulló con ternura.
-Se queda tan tranquilo con usted.
-Sabe que está con su tío favorito- rió de su propio chiste, técnicamente era el único tío que Nael, tenía.
-Es muy afortunado. Usted lo quiere mucho- le sonrió- debería tener a un pequeño príncipe pronto- Zahir, fijó sus grises ojos en ella.