—Estoy orgullosa de ti, ¿sabes? —dijo Sofía dulcemente, con una sonrisa cálida—. No todos podrían resistir lo que tú has pasado.
Alicia suspiró, sentándose en el sofá. Su rostro mostraba una mezcla de serenidad y nostalgia.
—A veces no sé si estoy resistiendo… o sobreviviendo —murmuró—. Pero verte