—¿Una despedida de soltera?
—Sí. Algo tranquilo. Risas, música… sin locuras —añadió rápidamente, como si quisiera evitar malentendidos.
—¿Y yo estoy invitado?
—Por definición, no. Pero puedes espiarnos si quieres —bromeó ella.
Dante mantuvo el rostro inexpresivo por unos segundos más, y luego si