Melek, dormilona, vamos despierta, que ya es casi mediodía, mi amor.
- Renato, déjame dormir unos minutos más, mi cuerpo pide descanso.
- Pero cuanto más tarde salimos, más tarde regresamos, ya viste cuantos lugares hermosos nos falta por conocer.
Quiero que conozcas esta hermosa ciudad, vamos arriba remolona - Renato comienza a hacerle cosquillas en todo el cuerpo, pero de la diversión, pasan a un roce íntimo, una caricia, un suave beso, que poco a poco pasa a ser un beso apasionado, donde él busca desesperado introducir su lengua, buscó con ansias la lengua de Melek y comienza ese baile, ese juego entre ellos que despierta una pasión, una lujuria.
Remato comienza a levantar esa pequeña remera y acariciar esos pechos con desesperación, le quita su remera y los besos comienzan a descender desde su cuello hasta la curva de sus senos, ella baja su pantalón encontrándose que esa erección firma, dura y latente por estar dentro de ella, la caricia suave, lentamente, robando un gemido gut