Debía de haberme vuelto loca, no había otra explicación, pero allí estaba, frente a su puerta, sin saber qué hacer. Porque tenía claro que era lo que iba a pasar entre nosotros si entraba. Lo tenía claro, ¿verdad? Entonces… ¿por qué me moría por entrar y permitir que sucediese? ¿Por qué, en aquel momento, me daba igual Jay y lo que sentía por él?

Había otra posibilidad, cabía una mínima posibilidad de que él sólo quisiese reprocharme por haberle besado, quizás sólo quería…

Mi mano derecha llamó a su casa, y yo me enfadé con ella, con la vieja Abby, que estaba volviendo a tomar el control, estaba volviendo a ser quien era, estaba volviendo a importarme bien poco hacer