Roberto había comprado una casa lejos de la de Damián, ninguno de los dos se hablaban y tampoco querían hacerlo.
Damián y yo solo intercambiamos un par de palabras antes de irme completamente de su casa.
—Masen, todo tiene una explicación y pronto te darás cuenta de ello.
—No sé de qué hablas y sinceramente tampoco me importa mucho. No me lo esperaba de ti Damián.
—Solo perdonarme.
Esa fue la última conversación que tuve con él. Roberto y yo cada vez parece íbamos mejor, no discutimos y siempre estamos riendo. Este lado de Roberto me encanta, es muy diferente al de hace meses.
Estos últimos días Roberto a estado raro, no sale nada de casa, se encierra en la habitación y solo nos vemos cuando vamos a dormir.
Es extraño...
—Masen —. Susurró Roberto.
Estábamos tumbados en la cama.&n