Capítulo 4

—¿Y por qué tendríamos que cuidarlo? Dione es su madre, que se encargué —dice Maya no muy feliz.

—Pues porque ella nos cuido.

—Le pagan por hacerlo Logan, no lo hizo porque nos quiera.

—Aun así nos cuida y si ella necesita ayuda en algún momento, nosotros podemos ofrecernos, porque la queremos y porque se lo debemos —Logan levanta su dedo como si fuese una lección.

—Pues no cuenten conmigo. —Maya se cruza de brazos y luego se va.

—No le hagas caso Dione, está rebelde porque te quiere y no lo quiere admitir —dice Lena dando media sonrisa.

—Hablaré con ella —ofrece Kay, pero Dione lo detiene.

—Permíteme.

Le da media sonrisa y sube a la habitación de Maya, toca la puerta y está se abre por el ligero golpe, Dione toma el atreví de entrar y la ve en su cama con las piernas recogidas.

—La puerta estaba abierta, así que no he roto las reglas —se acerca con delicadeza.

—Solo vete, ya tienes a alguien a quien cuidar, alguien a quien aconsejar, peinar y ser su madre. —sollozaba.

Dione se sienta a su lado y le acaricia la espalda, de repente Maya la abraza y solloza.

—Realmente no quiero que te vayas, no quiero que dejes de cuidarnos, el brazo cómodo, protector y caluroso que nos has brindado será como una noche sola con frío si te vas.

—En mis brazos entran todos.

—Pero ese bebé será el centro de todos, ¿Y si es niña?

Maya siente temor de que Dione no vuelva a tener los mismos cuidados con ella.

—Sé que no lo ves ahora, pero el sexo que tenga, te necesitará, como una hermana mayor, yo no estaré cuidando a ustedes y ustedes la cuidarán a ella, la querrás como yo la quiero.

Maya se separa del abrazo.

—Pero aún no ha nacido.

—Lo sé y la amo o lo amo, no puedes entenderlo, pero cuando nazca sé que querrás dar ese brazos caluroso que yo les he dado a ustedes.

—Te quiero Dione y quiero que seas feliz, pero estoy acostumbrada a tu presencia que te considero una mamá, por eso no quiero que te alejes.

—No lo haré.

—¿Cómo estás tan segura? Mamá se alejó cuando debía cuidar a nuestros hermanos menores, y ahora ha nacido otro hermano, su trabajo deseado, otra vez no esta haciendo de lado.

—Tal vez deberías hablar con ella.

—Pero ella no escucha.

—Haz que escuché, pero hazlo de una manera suave, a regaños y enojos, nunca podrán entenderse y llegar a un acuerdo.

A esa familia le faltaba comunicación, al igual que la relación de Dione.

—Gracias —vuelve a abrazarla.

Luego de un rato se separan y juntas bajan con los demás.

—¿Listo? —pregunta Jacob y ambas asienten con una sonrisa—. De acuerdo familia, tenemos que organizarnos, ¿Va? Tanto para apoyar a mamá y para apoyar a Dione.

—Yo puedo trabajar hasta que tenga unos seis meses de embarazo, pero también pienso que es tu turno de cuidar a los niños Jacob, te toca apoyar a Melissa así como ella lo hizo contigo, eres dueño de una empresa, asiste cuando sea necesario, igual tienes a Arden en ello.

—Necesitaré a un tercero para que Arden también te dedique tiempo, no quiero que haga lo mismo que hice.

—Primero tengo que hablar con él y como nos organizaremos.

—¿Qué tienes planeado? ¿Cómo piensas decírselo? —indaga Kay con cierto interés.

—No lo sé.

—Nosotros podemos ayudarte —ofrece Maya con una sonrisa.

***

Dione se encontraba apoyada en su auto esperando a que se novio saliera del trabajo, era de noche y conocía el aproximado de su lado, aunque en tal caso de que su novio quiera quedarse hasta tarde, tenía apoyo de parte de si suegro para que lo sacara del trabajo.

Minutos después Arden sale del edificio revisando su celular y cuánto sube la mirada sonríe al ver a su novia frente a él.

—Cuando mi padre me dijo que afuera me esperaba una sorpresa, no creí que fuera tan perfecta, ya que siempre ha tenido malos gustos para escogerme regalos, pero esta vez ha acertado.

Se acerca a ella, la toma de la cintura y la besa con todo ese amor que sentía por ella, nuevamente Dione está segura de su relación.

—Parece que yo soy la que recibe la sorpresa.

Lo dice por el gran beso que le ha dado su novio.

—Bueno pues estuve pensando lo que dijiste en el almuerzo y la posibilidad de separarnos me tuvo tan mal, que no quiero que exista esa posibilidad, te amo y eso es mas fuerte que cualquier discusión tonta. —Vuelve a besarla.

—Me alegra oír eso, ¿Nos vamos? —le abre la puerta del copiloto.

—No puede ser, tendré una noche de Cenicienta —bromea y la hace reír.

—Sube —le ordena.

—No me hables en ese tono que me enciende —le runrunea y le guiña el ojo.

La hace reír y finalmente se sube al auto, Dione se va al lado del piloto y se sube para colocarlo en marcha, mientras maneja, coloca la mano en la pierna de su novio para darle mimos.

—Me siento mujer en este momento —se ríe Arden.

—Esta noche, yo controlo todo amor.

—Y eso me gusta mucho.

Ellos son una pareja muy versátiles, por eso les gusta de vez en cuando ser dominado por el otro.

Llegan al restaurante y se bajan del auto, Dione le da las llaves al valet y toma el brazo de su novio para entrar juntos al restaurante.

—Elegante —Arden admira la arquitectura del sitio.

Se adentran y son recibidos muy bien por el servicio, los acomodan en su mesa reservada y le dejan el menú para que puedan discutir su orden.

—Me gusta el lugar que has escogido —dice Arden.

—Todo lo especial para mí chico —le guiña el ojo.

—Si sigues así me tocará darte el chiquito —bromea y la hace reír.

—¿Cómo estuvo tu día?

—Va mejorando contigo a mi lado —toma su mano—, ¿Y el tuyo?

—Digamos que fue muy interesante.

—¿Ah sí? ¿Y eso?

—Pronto lo sabrás, ¿Pedimos?

Arden asiente y revisa el menú, Dione estaba muy nerviosa por lo que había planeado.

—Te ves muy guapo —admira ella con amor.

—Gracias amor, y tú estás radiante —Él también la ve con esos ojos de amor.

Eso la hizo sentir segura, claro que serían un padres grandiosos, claro que este bebé los iba a volver a unir, no quería perder a Arden.

Lo ama demasiado para siquiera pensar en esa posibilidad, aún así, aquellos nervios de como él tomaría la noticia estaba insoportable.

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