—Mi hijo se queda conmigo, lo tendré a mi lado, no quiero alejarlo ahora que perdió a su mamá y debo ir a medicina legal. —suspiré—. Papá y Nathan la clave es el día y mes del nacimiento de mi hijo. Compren el tiquete del avión que primero salga, se compran ropa cuando lleguen y paguen el seguro por llevar las armas.
Les entregué los nuevos celulares, fui grabando sus números en el mío y viceversa. Al regresar papá le entregó los pasaportes, cédulas y los tiquetes a cada uno.
—Gamal, ¿podrías llamar a mi trabajo?
—Lo haré, también al de Nadia y a los colegios de los niños.
—En tres horas sale el vuelo a Perú. Debemos ingresar ya.
El llanto de mamá, sus mil bendiciones. Me despedí de cada uno y fueron ingresando.
—Estaremos bien hijo. Manténganse juntos, los cuatro son invencibles, me encanta escuchar sus anécdotas y de cómo se cuidan el uno al otro. No estén separados, no mientras estén en tales enfrentamientos. Mantengan esa unión. Y llama a diario para que tu madre se quede t