Habíamos trabajado en la búsqueda de la exesposa del teniente y estaba en Villavicencio, su última ubicación era de dos semanas, teníamos una dirección, según los servicios públicos. Todo se lo había enviado a Yaro. Eran las siete de la noche.
Lía nos llamó para cenar, al llegar al comedor el niño venía mirando su celular cuando gritó y salió corriendo de regreso a la habitación. Quedamos desconcertados, fue Onely quien tomó el celular de Gibran y al mirar abrió los ojos.
—¿Quién es Sofía?
—Su madre —respondimos Lía y yo.
—Parece que la mataron. —¡Puta mierda!
Tomé el celular. Lía corrió en dirección del niño y Onely se fue detrás de ellos. Salomé y Amira se quedaron mirando. En efecto eran unas fotos muy crueles, demasiado amarillistas y son el menor respeto, además no consideraron que las vería un niño.
—¿Yasar?
—Esta mierda se jodió, linda.
Pasé las imágenes a mi dispositivo móvil, eliminé todo rastro del celular del niño. Apagué la ubicación para que no dieran con nosotros, saqué