Llegué a la fiscalía donde tenían a Ramón para procesarlo, el general Acosta ya me esperaba, no sé si Yasar o Gamal estarán conmigo en el interrogatorio. Ellos estaban en este mismo lugar, pero en otra dependencia.
Realicé todos los protocolos para ingresar a la fiscalía, me llevaron donde llevarían al detenido; en una habitación hablaría con el hombre. El general me saludó antes de ingresar y nos alejamos un poco para hablar de manera confidencial.
—Hola, capitán Jabir.
—General, buenos días. —Pronto iba a ser mediodía.
—¿Lo van a cambiar de sitio? —afirmó.
—En efecto, una vez tú lo entrevistes. No demoran en llegar tus compañeros y estarán escuchando en el cubículo pertinente. Por ahora no se trasladará por documentos, muy pocas personas sabrán del operativo. Si lo hacemos por sistemas se puede filtrar la información. Aquí estamos chuzados. —Me dijo en voz baja y en soledad. Esperábamos a que lo trajeran.
—¿Desea que le pregunte algo en especial? —Me entregó una carpeta.
—Revela la