CAPITULO 30
Freya Cranston
Estaciono mi auto en el primer puesto libre que consigo en el parking del hospital Calvary John James, que es donde han ingresado a Blair de emergencia hace algunas horas. Me tiemblan las manos justo en el momento que suelto el volante y tengo que tomarme unos minutos para poder quitarme el cinturón y bajar. Han sido muchas horas de viaje desde Melbourne, siete hora para ser exacta y me duele más que el cuerpo, el alma y el corazón de no saber en qué estado puede encontrarse mi mejor amiga, mi hermana y la única familia que he tenido en la vida.
He viajado toda la noche, traigo los nervios hechos trizas y mi humor no es el mejor del mundo. Mis ojos se sienten arenosos por el cansancio y mi espalda esta tiesa al igual que mi trasero por tanto tiempo en una misma posición. Cuando Cara me llamo pasada la media noche, no le pensé dos veces para contestar a pesar de tener que interrumpir mi cita sexual de esa noche y no me equivoque en mi decisión cuando solo p