Está afuera de mi habitación y son casi la una de la madrugada y no podía lidiar con él con mi cabeza tan poco clara. — ¿Qué quieres?
—Quería comentarte un par de cosas, pero si no estás disponible, mañana...
—Pasa —Le di permiso y me enderecé, iba a cachetearme la cara para estar más despierta momentáneamente pero Ashton ya está adentro de mi habitación... Borracho.
Su voz sonaba igual de condescendiente que siempre, pero sus ojos rojos y su postura inestable, me daban a entender que está medio borracho.
— ¿Tomaste mucho hoy? —Lo pinche divertida. Me crucé de brazos mientras veía que se ponía nervioso.
—Yo no...
— ¡Sí! ¡Esta súper ebrio! —Alexander, mi profesor, irrumpe en mi habitación, sosteniéndose del umbral. Él estaba como una cuba. Quede sorprendida y avergonzada por su abrupta entrada y mi desorden sobre la cama.
Busco con la mirada ayuda de Ashton, pero él ya me está mirando pidiéndome perdón con una mueca. — ¿Estás haciendo el trabajo de mañana?
Sigue hablando Alexander y ni