— ¿A qué viene eso ahora? —
preguntó confundido Itzam.
— Responde — exigió una vez más
ella.
Cómo podía responder cuando ni él
mismo estaba seguro, solo sabía que prefería morir antes que perderla.
— ¿Qué soy yo a lado de tus
privilegiadas?
— No te rebajes poniéndote a su
nivel, ellas no significan nada para mí — aseguró Itzam.
— Entonces por qué las conservas,
¿son tu respaldo por si te cansas de mí?
– Pero que tonterías estas diciendo
— reclamó Itzam – eso es lo unico que ese idiota quería, ¿verdad? llenarte la
cabeza de humo en contra mía, nada de lo que pudo haber dicho es verdad.
— No es verdad entonces que la
zorra de Emilia es tu nueva adquisición como privilegiada— reclamó.
— ¡No!, ¡No lo es! — estalló Itzam
— A esas chicas no las he visto desde hace meses, no las he tocado desde que
llegaste a mi departamento, si no lo hice en ese entonces en los que tú y yo no
éramos nada, ¿qué razón tendría para hacerlo ahora?, no me interesan.
— Porque yo soy suficient