A la mañana siguiente prepare todo para el desayuno que tendría con mi suegra, yo estaba muy emocionada por conversar y tal vez comenzar a llevarnos mejor. La señora Adelaida y Amelia me ayudaron con todo, tenia una gran variedad de panecillos y galletas, ojalá y todo sea de su agrado.
— Duquesa, su madre está aquí — me informo uno de los sirvientes.
Yo respire profundamente, llenándome de paciencia, no quería ser grosera con ella, aunque se lo merecía por completo por todo lo que me había hecho y dicho.
— la recibiré en la oficina del Duque — le informe al sirviente.
Pero mi madre siendo mi madre, entro a la terraza donde estaba preparando todo para mi desayuno con la madre de Samuel.
— ¿estas loca? — me pregunto en cuanto me vio.
— no se de lo que hablas y tampoco me interesa — le dije de inmediato.
Mi madre se acercó más a mí y me miro a los ojos, se veía furiosa como de costumbre, pero eso ya no era mi problema.
— escuché sobre el escándalo que hiciste ayer, que vergüenza,