Parte 3...
— Lo sé - besó sus ojos cerrados — Pero no puedes culpar solo a ella, Mathias - besó sus labios suavemente — Si asumes tu parte, será más fácil recuperarse - le dio otro beso suave en la boca — ¡Perdónate!
Él quería decir más, pero los medicamentos lo dejaban somnoliento. Cerró los ojos, agradecido de que ella estuviera allí, y acomodó la cabeza en la almohada, sintiendo un ligero mareo. Apretó su mano y dejó que el sueño lo venciera.
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Pasaron tres días más hasta que Mathias pudo sentarse por un corto período de tiempo. La hinchazón en la columna había disminuido. Todos los dispositivos conectados a él fueron retirados. Solo mantenía el suero en el brazo.
Ahora podía alimentarse mejor, pero esto solo lo volvía más gruñón y grosero con quienes lo rodeaban. El brazo enyesado y la pierna le molestaban, y descargaba su frustración en los demás.
Después de hablar con los médicos que lo operaron, su frustración aumentó. Cuando Anelise entró en la habitación, é