Chloe Lennon, creció en un hogar lleno de amor, cariño y principios, de clase media alta nunca tuvo carencias, se podría decir que tenía la vida perfecta. A los 18 años conoció a Asher Reggio y va tras el sueño del amor perfecto, pero luego de 5 años de casada, descubre que su esposo es un mafioso y ese no es el único secretó que guarda, mucho menos el peor, asustada por lo que descubrió y sabiendo que no podrá vivir con su conciencia si no actúa de inmediato, toma la decisión de denunciarlo, creyendo que de esta forma podrá vivir en paz, sin saber que solo será el principio de todo, tanto de lo bueno como de lo malo. Ahora su vida es un completo desastre, ya no tiene familia, mucho menos esposo, solo le queda un bebé creciendo en su vientre, una nueva identidad, en un lugar alejado y perdido de todo el mundo, donde las personas se comportan muy extrañas, alterando aún más a la joven. Lo que Chloe no sabe, es que fue a dar con uno de los pueblos de seres sobre naturales más grandes que puede existir, y no solo eso, la joven resulta ser la pareja de sus tres lideres, Dante el brujo, Vito el vampiro y Kek el Alpha, tres descendientes de la luna cambiante Aysel. ¿Podría a ver más problemas que tener a tres hombres raros tras de ti? ¿Qué pensaran de su luna al descubrir que está embarazada y no de ellos? ¿el mafioso ira por ella y su hijo?
Ler maisVeo las gotas de agua caer por la ventanilla del automóvil, y como su paso por ella dejan marcas, como las que yo llevo en el alma. Respiro pesadamente, porque sé que lo arruiné, pero también sé que hice lo correcto, ¿estaré volviéndome loca? Creería que sí, lo amaba, lo amo, aunque no deba, porque más que el amor que siento por él pesa el miedo, me enamore de un monstruo, y no sé cómo no lo vi antes.
— Chloe ¿estas bien? No has dicho ni media palabra desde que salimos del aeropuerto. — John despega un segundo la vista de la carretera y le sonrió con los labios cerrados, antes que regrese su atención a la carretera que está demasiado mojada para mi gusto.
— Lo estoy, lo estaré… creo. — Ahora es él quien me sonríe.
— Hiciste lo correcto, lo sabes ¿verdad?
— Lo sé, sé muy bien que no podría con mi conciencia si hubiera guardado silencio, pero eso no evita que duela.
— Asher Reggio es una de las peores personas que puede existir, aun no sé cómo te enamoraste de él.
— Siempre fue diferente conmigo, siempre se mostró como un caballero, amable, dulce, atento…
— Hasta que casi te mata a golpes. — Aprieto mis manos en la tela de mi suéter, John tiene razón, Asher casi me mata, aun mi cara esta adornada por cardenales, por lo menos la hinchazón desapareció, vuelvo a suspirar, ¿Cómo puede enamorarme de él?
— ¿Fue eso lo que te llevo a denunciarlo? ¿Su maltrato?
— No, Asher nunca me golpeo, ni siquiera me levanto la voz ni una sola vez en cinco años de matrimonio. — recuerdo con melancolía, si melancolía a lo que tenía, pero ¿realmente lo tenía o todo fue un vil engaño?
— ¿Me dirás que sucedió?
— No me lo creerías. — claro que no, ni yo puedo creerlo y eso que lo vi, rayos, lo vi y no me lo creo.
— Inténtalo, cuando se realice el juicio pedirán tu declaración.
— Puedo negarme al ser su esposa, además ya les di todo lo que necesitaban para que lo atrapen, solo me preocupa que aún no mede el divorció y que la justicia no haga nada, pero más aún me inquietan mis padres.
— No debes preocuparte, ellos también están bajo protección a testigos, los cuidaran como yo lo hare contigo.
— ¿Cuánto tiempo te quedaras John? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Un año? — pregunto con más rudeza de la necesaria, no quiero sonar mal agradecida, pero sé que quedare sola, estaré sola y no puedo… no quiero.
— Me quedare el tiempo que haga falta, además no es como que nunca regrese, puedes llamarme cuando lo necesites.
— John, por favor, te recuerdo que el vuelo que tomamos fue de cuatro horas y llevamos tres horas en carretera, creo que me llevas al fin del mundo, jamás llegarías a tempo si Asher viene por mí. — le hago ver lo lógico y lo lógico es que nadie podría ayudarme si Asher viniera por mí.
— Él no vendrá, es imposible que de contigo, nadie sabe dónde estarás, solo yo, no debes temer.
— De acuerdo te creo y te tomo la palabra que si en un futuro si llegara a necesitarte tu vendrás.
— Sin dudarlo.
Esa fue la última palabra que dijo John, el detective encargado de protegerme, sabía que mentía, tenía en claro que me estaba llevando a algún pueblo apartado del mundo, un agujero donde nadie pueda dar conmigo, y por supuesto que él no dejaría su vida en la ciudad por más tiempo para cuidarme, después de todo hace un mes que está cuidando de mí, un mes… y eso me lleva a lo que me tiene los nervios de punta, mi periodo, no he tenido mi periodo, llevo de retraso dos días, no es mucho lo sé, pero mi regla es tan puntual que incluso se la hora y minuto en la que irrumpe en mi vida, no puedo estar embarazada, no ahora, no de él, Asher… mis ojos pesan, ver el verde del bosque pasar frente a mi ventana, las gotas de lluvia deslizarse por el cristal, y la calefacción del vehículo, poco a poco me sumen en un sueño pesado, me sumerge en un sueño o mejor dicho una pesadilla, porque ellos están allí.
— Ayúdanos, por favor, no somos malos, no hemos hecho nada. — la mujer de piel pálida y ojos rojos se ve desesperada, y es cuando veo como su espalda está cortada, sangrando, mientras ella está atada con cadenas que parecieran ser de plata.
— ¡Dios mío! ¿Qué es esto? — digo sin terminar de creer lo que mis ojos ven.
— Esto es un centro de tortura, es el lugar donde los cazadores nos hacen sufrir antes de matarnos. — el hombre de piel morena me observa desde su altura, también está atado, sus ojos de color dorado me maravillan por un segundo.
— Por favor, señora, esto duele. — y es en ese momento es donde mi alma abandona mi cuerpo, un niño, un pequeño de cabello blanco esta tan golpeado que apenas y puede abrir los ojos.
— No sé qué sucede, pero traeré ayuda, le diré a Asher y... — un rugido salió de los labios del hombre moreno, y retrocedo con miedo, no es humano, ninguno lo es, lo puedo saber por sus ojos, sus músculos y porque están vivos a pesar de todas las marcas en su cuerpo.
— Asher Reggio es el responsable de todo esto. — mi corazón se detiene, casi no puedo respirar, pero lo sabía, sabía que era así, esta finca pertenece a mi esposo.
— Los sacare de aquí. — dije recuperándome, pero sobre todo tratando de no pensar, no pensar en lo que mi esposo era capaz de hacer.
— Solo saca al niño, déjalo ir, si Asher descubre que nos ayudaste te matara.
— No, no lo hará. — y juro que estaba convencida de ese hecho, solo el tiempo me haría ver cuan equivocada estaba.
— ¿Cómo estas tan segura? — indago la mujer.
— Soy su esposa. — el asombro cruzo el rostro de los tres, no sé si dejaron que los ayudara porque sabían que Asher me mataría, o porque creyeron que no lo haría.
— ¡Chloe! — mis ojos se abren de repente, solo para mostrarme a John a escasos centímetros de mí.
— Disculpa, creo que me dormí.
— De eso me di cuenta belleza, llevo cinco minutos diciendo tu nombre, creí que habías muerto de cansancio.
— Aun no, después de desempacar quizás. — digo para alivianar el momento y tratar de quitar esa pesadilla de mi mente, todo eso no pudo ser real, al fin mi locura me alcanzo, es eso, solo sueños y delirios de una mente perturbada desde niña.
— Yo te ayudare, tu solo debes ver tu nuevo hogar, estoy seguro de que te gustara.
Solo entonces me percate de que nos habíamos detenido, al observar a mi alrededor pude notar la pequeña casa de dos pisos que sería mi nuevo “hogar”, era blanca, con techo, ventana y puertas azules, unas pequeñas escaleras y un gran jardín que se mezclaba con el bosque, entonces gire mi vista y me di cuenta de que era una de las ultimas casas de la calle.
— ¿No hay cercas? – pregunte un poco inquieta.
— No son necesarias, como veras los vecinos están apartados, las casas son pequeñas pero los terrenos son amplios. — respondió con una sonrisa y voz de vendedor de bienes raíces.
— Sin divisiones. — dije lo obvio.
— Tranquila Chloe, este lugar es el más seguro de todo el mundo, no hay homicidios, ni secuestros, mucho menos vandalismo.
— Pero el bosque… debe a ver animales. — John quedo pensando en silencio, como si eso nunca se le hubiera ocurrido.
— Tienes razón, pero nunca se ha registrado un caso de ataque. — aunque sus palabras trataban de sonar tranquilizadoras, podía ver sus dudas en su rostro.
— ¿Cómo encontraste este lugar? Digo, dices que es un remansó de paz, sin vandalismo, ni crimen alguno. — pregunté porque la curiosidad picaba en mí, es un lugar hermoso, de a ver sabido de este sitio seguro que hubiera venido en vacaciones.
— Por un amigo, veras, su hermana se enamoró de la noche a la mañana de un completo extraño, en menos de un mes se casaron y él la trajo a vivir aquí, entonces lo investigamos, es un lugar tranquilo, demasiado para alguien como mi amigo o como yo, pero ideal para alguien como tú.
— John estás hablando con alguien que cuando se aburria tomaba el pasaporte y compraba el primer vuelo que estuviera disponible en primera clase.
— Ese es el punto Chloe, viajabas porque te aburrias de tu vida, porque no eras lo que querías.
— ¿Por qué lo dices?
— Lo veo en tus ojos, eres una buena mujer Chloe, no eres como esas mujeres frívolas que se casan por interés. Ahora vamos a tu nuevo hogar.
El ayuntamiento de la ciudad Fullmåne estaba en su máxima capacidad, todo el pueblo se encontraba en aquel lugar, y no era para menos, los habitantes de este mágico lugar tenían un problema, y debían solucionarlo a como diera lugar.
— Atención, por favor ciudadanos de Fullmåne, sé que muchos querrán dar una opinión al problema que tenemos, pero es esencial que mantengamos la calma. — Dante hablaba con la autoridad que le concedía ser el primogénito de la gobernante de las brujas, Novalie y el milenario vampiro Calixto beta de la luna cambiante Aysel.
— ¿Cómo podremos mantener la calma? Dos humanos estarán en nuestras tierras, dos humanos que desconocen lo que somos, no sabemos si son amigos o enemigos. — los lobos eran desconfiados, su olfato era de gran ayuda, pero incluso este sentido se vio afectado con el paso de los años y los elíxires que los cazadores utilizaban.
—En realidad solo una humana permanecerá aquí, el macho que la acompañará se marchará una vez la hembra este instalada. — la voz profunda del Alpha Kek silencio los últimos murmullos que se oían en el gran salón, no era para menos, era el quinto hijo del rey de los lobos Nisha, y el primer Alpha que el brujo Travos dio a luz, poseía la fuerza de su padre lobo y la magia de su papá Travos, quien era omega de la luna cambiante.
— Aun así, ¿Por qué permiten a una humana que no tiene mate, media alma o vida alguna en estas tierras? — esa era la parte más difícil de explicar, todo humano que vivía en el pueblo era mate de algún lobo, media alma de algún brujo o vida de un vampiro, pero la joven que llegaría en poco tiempo no tenía por qué estar en aquellas tierras.
— La humana estará en estas tierras por la misma razón que yo fui enviado a gobernar junto a mis primos. — Vito era de pocas palabras, a pesar de ser el más joven de todos, era el último hijo que habían tenido la vampira Kali, reina de su raza, con el beta de la luna cambiante, Abel un lobo que era conocido por ser un gran estratega.
— No comprendemos. — se atrevió a decir una bruja, enfrentándose a la fría mirada de Vito.
— Lo que mi primo quiere decir, es que Gabriel encontró a su vida en una ciudad de humanos, cuando fue tras el rastro de unos cazadores, la joven lo acepto, pero con la única condición de no desaparecer, ella quería seguir en contacto con su familia unos años más, y Gabriel se lo concedió, como consecuencia su familia cree que este lugar es solo un pueblo perdido en el medio de la nada, el cuñado de Gabriel es policía y le pidió el favor de recibir y cuidar a una joven por un tiempo y Gabriel acepto. — todos podían sentir la energía de Dante, el brujo estaba molesto, demasiado, no estaba feliz con la decisión de su primo y a decir verdad ninguno de los otros dos lo estaba.
— Pero Gabriel se marchó a las tierras de la luna cambiante, no tiene derecho de decisión… — el rugido que salió de los labios de Vito fue suficiente para silenciar al vampiro que se estaba quejando.
— Mi hermano llevo a su vida para que la luna cambiante la conozca, no te olvides que Aysel es nuestra abuela y el gran Alpha Anuk nuestro abuelo, debemos mostrar nuestro respeto y gratitud con ellos, además, estoy yo en lugar de Gabriel. — y eso sonaba más a una maldición que a felicidad por el puesto y es que Vito odiaba estar rodeado de personas, no era fácil ser vampiro al 70 % y lobo un 30 %, su estado de ánimo era como una montaña rusa que iba del mal humor a la ira, si, este vampi lobo no tenía casi días buenos.
— ¿Que nos asegura que la humana no es una cazadora? — pregunto una mujer que a pesar de ser humana estaba preocupada por su compañera.
— Nosotros, somos los encargados de este pueblo, nuestro deber es protegerlos y lo haremos, vigilaremos a la humana y ante el menor problema… acabaremos con ella. — Kek era autoritario como todo Alpha, sabían que era un buen líder al igual que sus primos Vito y Dante, al fin el pueblo estuvo de acuerdo en recibir a la humana.
Kalila se había escapado del instituto, no era grato que todos se taparan la nariz cuando ella pasaba por su lado, pero no lo podía controlar, desde que su primer periodo irrumpió en su vida, su aroma estaba fuera de control y por más que deseaba ocultarlo, no podía. Fue por eso que dos semanas después de que su periodo terminará y el olor a pimienta incremento cuando estaba por llegar al colegio, opto por perder la tarde en uno de los tantos claros que habían a mitad de camino de su hogar y el instituto, estaba recostada sobre la hierba, con una mano extendida tapando el sol, pero aun así disfrutando del color rojo que se traslucía en su mano por su piel blanca y producto de la sangre que circulaba por esa extremidad, sin percatarse que un hombre con piel oliva, de cabello rojo y largo la observaba, con suma atención.— Una joven tan hermosa no debería estar sola. — su voz era profunda, provocando que el corazón de Kalila quien tenía 16 años se acelerara, pero no por miedo.— Soy una
Los días pasaron, al igual que los años, Kalila creció aprendiendo a no enojarse, mucho menos a pelear sin importar que le dijeran los pequeños del pueblo, y es que aun con 5 años había ocasiones que su olor a pimienta despertara el lado salvaje de los habitantes, pero Kalila era solo una niña, ansiosa de tener amigos, en especial un vampiro de 8 años, Declan, la niña lo había visto un par de veces en el pueblo, le gustaba su cabello rubio y sus ojos azules brillantes, se podría decir que la pequeña humana sentía un pequeño enamoramiento por el niño vampiro.Fue una tarde que Chloe la llevo al parque, donde vio a Declan con sus dos amigos, Tahiel un niño lobo un año menor que Declan y Ukara, un brujo de su misma edad, los tres a pesar de ser niños eran hábiles, Tahiel ya se podía transformar en lobo, y era muy grande cuando eso sucedía, no parecía un cachorro, mientras Ukara manejaba el aire, creaba remolinos que Declan esquivaba con gran facilidad.— Hola. — dijo la pequeña a quien l
Chloe pudo respirar con tranquilidad luego de asegurarse que todos los habitantes del pueblo estaban a salvo y sus heridas curadas, solo entonces se permitió tomar un baño, y por más que sus compañeros insistieron, ella no les permitió acompañarla, primero debía procesar todo, para colocarlo en palabras y poder hablar con sus tres destinados, la pobre humana se olvidaba que ellos podían sentir cada una de sus emociones.— Estoy ansioso. — murmuro Vito al tiempo que deambulaba por el salón, con la pequeña Kalila en brazos.— Estoy molesto. — dijo Kek, dejando salir a su Alpha.— … Estoy angustiado y creo que ya todos sabemos que ninguna de estas emociones es nuestras. — el cabello blanco de Dante se convirtió en fuego, al tiempo que veía escaleras arriba.— Chloe, es humana y por más que realicen la marca nunca dejara de serlo. — la voz de Levana los hizo girar con sorpresa, nunca creyeron que la launa cambiante aun permaneciera en sus tierras.— Abuela, ¿Qué haces aun aquí? — Vito la
Vito, Dante y Kek veía a su hermosa hija en brazos de Chloe, su tez era blanca, cabello negro como su madre, mientras que sus ojos… era algo digno para ver, uno celeste y otro marrón, exóticos, raros, únicos como la misma pequeña que chupaba su mano, sin ser consciente que tenía a tres seres sobre naturales rendidos a sus pies, sin contar que su destinado era Nuriel, el primogénito del dios sol, un fénix, sin embargo, la pequeña estaba ajena a todo, sus ojos fijos en el rostro de su madre, quien con la ayuda de Vito, estaba completamente recuperada, por lo que solo pasaría una noche en el hospital, ya que la pequeña Kalila era humana, y necesitaba ser controlada por unas horas.— Felicidades luna Chloe. — las palabras de Aysel la hicieron quitar sus ojos de la pequeña niña que tenía en sus brazos, su hija, su Kalila.— Gracias luna Aysel. — respondió mostrando una enorme sonrisa.— Ve su futuro abuela, por favor, ve que será de la vida de nuestra hija. — pidió lleno de alegría Dante y
Chloe caminaba de un lado a otro de la casa, bajo la vigilante mirada de Vito, se había reusado a que Malaly la ayudara a tener sus emociones bajo control, aunque la razón era que tenía miedo, sabía que sus compañeros no la dejarían marchar, ella tampoco lo deseaba, pero era lo único que se le había ocurrido, escapar, si era necesario durante toda su vida, pero lo que ella sentía también lo sentían sus compañeros, por lo que Dante, siendo el mayor, ordeno a Vito vigilarla, a Kek que pusiera a todo el pueblo a reforzar las guardias, mientras él fue a las tierras de la luna cambiante a pedir ayuda, no solo para su compañera, era para todo el pueblo, ya que la muerte de Chloe y la perdida de Kalila llevaría a Nuriel a acabar con todos.— Mi vida, si no te tranquilizas te hará mal. — dijo casi con suplica, mientras caminaba tras su compañera, quien estaba de camio a la sala.— ¿Qué me tranquilice? ¿Como me puede pedir eso? ¡moriré y Asher se llevará a mi hija! — los ojos de Vito estaban n
Chloe daba vueltas en su cama, era cómoda, grande y de sabanas suabes, entonces ¿Por qué no podía dormir? Sabia la respuesta a eso, y le daba una enorme vergüenza así sea pensarlo, pero no podía evitarlo. Estaba a punto de llorar, cuando unos golpes en la puerta la hicieron girar una vez más en la gran cama.— Chloe, ¿puedo pasar? — la voz de Dante la hizo vibrar y tenía ganas de gritar por ello.— Si. — susurro y luego se aclaró la garganta. — Sí, puedes pasar.— ¿Necesitas algo? — la pregunta que lanzo el peliblanco apenas ingreso en el cuarto la hizo sonreír, te necesito a ti, quería decirle, pero no podía porque… ¿Por qué no podía decirlo? A si, pudor, vergüenza y prejuicios que solo estaban en su cabeza.— ¿Chloe? — cada paso que Dante daba hacia ella su corazón palpitaba con mayor fuerza, y la humedad crecía de manera desmedida entre sus piernas.— Maldición. — dijo con frustración al tiempo que se sentaba en la cama, una que era demasiado grande para ella sola.— ¿Que te sucede
Último capítulo