Llegamos a la avenida y subimos a una camioneta, varias más nos siguen a distancia.
Parece que estoy en una película, esto es muy de no creerse, Franco va en al asiento del copiloto, indicando al chófer por donde ir.
Nos dirigimos a una parte de la ciudad cerca del centro, pasan como veinticinco minutos y llegamos a un edificio de apartamentos.
Bajamos y entramos para subir al ascensor, unos cuantos pisos después, salimos y Pietro, creo se llama, abre la puerta de un departamento.
Entramos y se ve todo tranquilo, mi estado de alerta se enciende cuando en la repisa de la sala, se ve una foto de mi novia.
Corro a las habitaciones y las abro una a una, hasta que entro a donde se encuentra una Amanda, atada a la cama.
Mi corazón se para unos segundos, al ver que la pobre no se mueve, pero sus ojos se abren a más no poder y las lágrimas salen sin permiso.
Intento moverme pero Pietro y Franco, pasan por mi lado y se dirigen, cada uno a sus extremidades.
Le quitan las esposas y su cue