Capítulo 41

Algo que odio de los hospitales es la espera, esperar en un pasillo, esperar respuestas. He vivido eso con mi madre, y lo he hecho con Olivia. No me gustan estos lugares.

Cuando por fin alcanza el turno nuestro, me pongo de pie con ella, quien me mira extrañada, mientras camino a su lado, y cuando pretende entrar sin mí, la miro yo con las cejas arqueadas.

- ¿Qué? – pregunta.

- Yo te obligue a venir, merezco saber las respuestas. – respondo como sin nada, ingresando al consultorio, y oyendo la risita de la enfermera.

Por una puerta aparece el medico que atenderá a Oli.

- Buenas tardes, soy el doctor Raúl Snow, díganme ¿En para que soy bueno?

- La señorita aquí presente no retiene alimento en su estómago hace días. – inicio la conversación

- Entiendo. – mira a la mujer sentada a mi lado. – Dime, Olivia. – mirando su carp
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