XXXIX

Ella hizo una mueca ante la forma de llamar a su hijo pero se quedó en silencio intimidada por su cercanía y el aroma que en secreto tanto le gustaba.

Cuando por fin el niño se quedó dormido sintió a Acheron en su espalda y la tensión regresó a ella.

Él lograba causar en ella millones de cosas que nunca había sentido con nadie, empezando con que se había entregado a él sin conocerlo nada más con verlo.

¿Es que alguna parte de ella lo reconocía como su acosador y aquello le causaba morbo?

No, debía ser otra cosa porque eso sonaba demasiado retorcido.

¿Y si se debía a que Acheron era lobo?

¿Tendría algún poder especial para atraerla de alguna forma?

-Sí y no, nuestro vínculo te atrae hacia mí, no soy yo, no busco provocarlo pero inevitablemente lo hago, aunque debo decir que no estoy arrepentido gatita -murmuró cerca de su oído abrazando con sus dos fuertes brazos su cintura.

El vello de su cuerpo se erizó y no pudo reprimir un jadeo tanto de sorpresa como de anhelo.

Se sentía como mant
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