Aturdida asentí y di un par de pasos hacia atrás.
Antes de que yo pudiera decir algo más, él ya estaba frente a mí ocasionando que jadeara con asombro.
—Ustedes son muy rápidos —dije impresionada y esta vez él no pudo evitar sonreír a medias para después volver a su seriedad acostumbrada.
— ¿Eso es una sonrisa? —bromeé con él.
Sin embargo Rakish no respondió.
—Vamos a llevarla a casa, Luna, sujétese fuerte.
Sin previo aviso las grandes manos de Rakish tomaron mi cintura no sin antes sostener mis manos y enrollarlas en su cuello.
En un segundo estuvo flexionando sus rodillas y en otro estuvimos en el suelo tan rápido como lo había hecho la primera vez.
—Gracias Rakish —susurré aún sin apartarme de él mientras nuestras miradas chocaron y este asintió pareciendo desconcertado como si nunca antes le hubieran agradecido por su amabilidad, finalmente dimos un paso atrás.
—Por allá está la casa —señaló él.
— ¿No vienes? —pregunté.
Él negó con la cabeza pero no dijo nada más así que yo asumí