Ashley estaba recostada, su rostro reflejaba paz. Observaba el paisaje a través de la ventana, era un día soleado y bello, el sonido de las aves se lo decía.
Alexis abre la puerta con mucho cuidado y la ve, su corazón se alegra de que ella estuviera fuera de peligro.
-¿Te vas a quedar ahí observándome? – preguntó Ashley sin apartar la vista de la ventana.
Alexis no puede evitar sonreír y camina donde Ashley. Ella lo siente cerca y decide verlo, tenía un aspecto muy cansado y su ropa manchada de sangre, su sangre. Ashley comprende que él estuvo toda la noche en el hospital y toca su rostro muy suave. Alexis siente las delicadas manos de Ashley pasar por su rostro cansado, la toma de las manos y cierra los ojos, deseando que eso no sea un sueño.
-Ashley – susurró – lo siento, lamento mucho lo que te pasó.
-No fue tu culpa, ellos querían llevarme y tú me defendiste, gracias – sonríe al decirlo.
Alexis se recompone, se sienta junto a ella, acaricia su rostro y le dice.
-Corres peligro con