Capítulo 80
Ella se colocó un abrigo largo de plumas sobre el pijama y cambió sus zapatos antes de bajar las escaleras.

Al ver a Isabella salir del edificio de residencias, Esteban avanzó hacia ella y agarró delicadamente su brazo, llevándola a un rincón apartado.

—¡Estás embarazada! — dijo Esteban con gran impaciencia.

—¿Te lo dijo Rafael? — preguntó Isabella.

Esteban no respondió, con una expresión sombría preguntó: —¿Por qué no me lo dijiste?

Isabella miró a Esteban y dijo: —¿Por qué debería decírtelo?

—Este bebé no puede quedarse, debes abortarlo.

Al escuchar el tono de comando habitual de Esteban, Isabella lo miró como si fuera un tonto y le dijo: —¿Qué importa si lo aborto o no? ¿Esteban estás enfermo? Ya me fui de Valle Azul, ¿perseguirme hasta Valleencanto dos veces significa que eres un verdadero idiota? ¿O piensas que, aunque estemos divorciados, si apareces, volveré corriendo hacia ti?

—¡Isabella!

—¿Esteban, tienes complejo de perseguidor? ¿Necesitas tener a alguien detrás de ti para se
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