Amarte es mi condena. Cap. 45: ¡La justicia llega!
Salvador soltó un resoplido, entonces miraron las noticias, querían saber que había ocurrido con Sebastián.
—Qué tipo tan cobarde —gruñó Salvador cuando escuchó que se declaraba inocente—, actuó por amenazas, y por qué no renunció, no, se dejó comprar —musitó apretando los puños—, pero falta la estocada final, él sabía lo de mi hermana, fue cómplice y lo pagará caro.
Majo se quedó mirando a la pantalla, no dijo nada, aún era duro para ella darse cuenta de la clase de hombre con el cual iba a compartir su vida, aquel que creyó honorable, intachable, estaba enlodado, con mentiras y engaños.
—Es increíble como la vida te cambia de un momento a otro y en ocasiones se te cae la venda de los ojos —musitó y soltó un suspiro.
Salvador se aproximó a ella, la llevó a sentarse en un cómodo sofá.
—A veces toca caer para aprender, lamento tanto que perdieras diez años de tu vida al lado de un hombre que no te valoró. —Besó el dorso de su mano.
Majo lo miró con ternura.
—Sí habría enco