—Sé que eres una asistenta capaz, pero yo no quiero que mi mejor empleada trabaje cuando esté enferma y luego termine por ahí agotada. Entonces, no tengas prisas —habló Sergio.—De acuerdo. Entonces, nos vemos mañana, jefe.—Hasta mañana.Después de la llamada, Aitana quedó por un momento pensativa. Había estado ocupada todos los días durante estos últimos años, pero Enzo nunca se preocupó por ella, y ella tampoco se daba oportunidades para descansar. Ahora, en la empresa de Sergio, recibió la atención de un jefe normal… Eso la hizo pensar que renunciar había sido en realidad la mejor decisión.Como todavía era temprano, Aitana no tenía prisa por regresar a casa. Le mandó un mensaje a Candela:[Candela, ¿qué le gusta comer a tu primo?]Para su sorpresa, la respuesta fue instantánea:[Postres.]Tomó un taxi y se fue a un centro comercial cerca del lugar, donde había una excelente pastelería que había frecuentado en el pasado.Antes de ser la asistenta personal de Enzo, Aitana tenía un s
Cuando terminó de hablar, Rocío esperó alguna reacción agresiva de Aitana, pero se dio cuenta de que ella ni siquiera se alteró ni por un solo instante.—¿Has terminado de hablar? —Aitana le preguntó con un tono de voz tranquila.Ya no quería perder más tiempo con ella, así que se volteó hacia el gerente y le dijo:—Por favor, dame otro pastel, gracias.El gerente observó atento a las dos mujeres, y luego le entregó otro pastel a Aitana.Rocío, molesta, habló de nuevo en un tono burlón:—No tienes por qué comprar uno nuevo. Si quieres, te lo devuelvo.Después de decir estas palabras, extendió la bolsa hacia Aitana y, frente a ella, la soltó. El pastel cayó al suelo y se hizo mil pedazos. Rocío se tapó la boca con una expresión inquieta y pronunció:—¡Ay! ¡Qué pena! El pastel se rompió. Pero no te preocupes por eso, pronto seré la dueña de esta pastelería y te enviaré varios como compensación, ¿qué te parece? Ah…Aitana, sorprendida, le preguntó:—¿Vas a comprar esta pastelería?—Sí —di
A Aitana le encantaba hacer pasteles. Además, cada semana iba a una pastelería llamada "Cortinas" para comprarle un pastelito. Al recordarlo, echó un rápido vistazo al pastelito en su escritorio y se sorprendió al ver que era de la misma pastelería…—¿Tú lo compraste? —le preguntó de inmediato.—Sí, creía que te gustaba…—No. No lo vuelvas a comprar.Sentado en el sillón, Enzo se sentía enojado y, al mismo tiempo, se fijó en la gorra que llevaba Rocío.—¿Por qué usas esa gorra? —le preguntó algo curioso.—Ah… Nada… —dudo por un momento Rocío, llevándose la mano a la gorra—: Pues, si estás ocupado, entonces mejor me voy.—Ven aquí —le ordenó Enzo.Indecisa, Rocío se le acercó. Él se levantó y le quitó la gorra. Su expresión se tornó sombría al ver la crema en su cabello.—¿Qué ocurrió?Mordiéndose nerviosa los labios, los ojos de la joven se llenaron de lágrimas al instante.—Hoy… me encontré con Aitana…—¿Fue obra de Aitana? ¿Verdad? Ella es una persona muy calmada. ¿Por qué te haría a
Rocío se enojó demasiado:—¿Por qué…?Enzo apagó su cigarrillo en el cenicero, y luego le respondió:—Esa pastelería no es tan famosa como dicen, y sus pasteles no son tan ricos. Elige una marca más grande, o puedes hacer una franquicia o lo que quieras. No te preocupes por el dinero. Así será una mejor opción.—Pero yo quiero esa… —insistió Rocío, apretando los puños con fuerza para mantener la sonrisa—: Enzo, dijiste que podía tomar la decisión…—No esta —Enzo no le dejó lugar alguno para negociar.Al percibir su molestia, Rocío bajó con timidez la cabeza. Bajo su apariencia inocente, sus ojos estaban llenos de resentimiento y frustración.En ese preciso momento, alguien tocó la puerta de la oficina. Un cliente había llegado. Enzo ayudó a Rocío a levantarse de sus piernas y le dijo:—Mejor vete ahora. Tengo que seguir trabajando.Rocío salió en silencio.***Enzo terminó su reunión de negocios, luego fue a comer con el cliente y pasó la tarde en varias reuniones. Cuando todo terminó,
Después de decir estas palabras, le dijo a Rocío con una sonrisa muy educada:—No le hagas caso, Mónica siempre ha sido así, como una niña malcriada.—No te preocupes… —le respondió Rocío con una expresión dócil.Yael le sonrió al instante y dijo:—¿Yo podría charlar un rato con Enzo?—Claro —Rocío agachó la cabeza y se sentó sola en el sofá.Como Mónica la ignoró por completo y no era tan cercana a Javier, se quedó sola en una esquina, revisando entretenida su celular.Enzo se sentó junto a Yael y se aflojó un poco la corbata.—¿Qué quieres decirme? —le preguntó a Yael.Yael le sirvió primero una copa de vino tinto y le dijo:—Solo quiero saber si de verdad terminaste con Aitana.—Para terminar una relación, primero tendría que haber empezado una. Y nunca tuve una relación con Aitana.—Pero nunca se lo aclaraste después de tantos años.Enzo sorprendido, y molesto respondió:—Fue su decisión. Eso no tiene nada que ver conmigo.Yael tomó solo un trago de su copa.—Diecinueve años son ca
Mónica le lanzó una mirada de advertencia y le dijo:—¿Y a ti qué te importa?—Solo quiero darte un pequeño consejo porque fui víctima de Sergio. Él es mucho más peligroso que Enzo. Por lo tanto, no te acerques a él.—Mientras no sea tan ciego como Enzo, todo estará bien.Mientras hablaba, miró de reojo a Rocío, que estaba sentada en una esquina, y sintió que la ira le subía al pecho de nuevo.—No entiendo en qué estaba pensando Enzo. Mi amiga Aria es mucho mejor que esta simple mujer, pero a él no le gusta en lo absoluto.—¿Aria León? —Javier sorprendido dijo—: No mames. Recuerdo que se portó súper rara con Aitana en la última fiesta que tuvimos. Tampoco me cayó del todo bien.—Cállate. A ella le gusta Enzo y punto. Es normal que se sienta algo incómoda al ver a otra mujer a su lado. Ustedes, los hombres, nunca entenderán los sentimientos de las mujeres.Javier alzó los hombros y se calló obediente. Bueno, tal vez no lo entendía. Pero, al menos tenía valores y sabía distinguir entre l
Mónica cerró de golpe la puerta del auto, y el Maybach se fue rápidamente. Rocío se quedó parada en la acera del frente, sin moverse por un buen rato.Javier y Yael presenciaron toda la patética escena. Javier sintió un poco de lástima por Rocío:—Mónica fue un poco dura con Rocío. Se ve tan sola… Voy a llevarla a casa.Yael lo detuvo enseguida:—No te involucres en eso.—¿Por qué? Yael, soy un caballero considerado, ¿no crees?Yael entrecerró los ojos y le dijo:—Rocío no es una mujer tan simple como parece. No necesita tu ayuda.—¿Cómo lo sabes?—Soy bueno leyendo a la gente. Por ejemplo, supe desde hace años que tú eras un verdadero imbécil. Y acerté, ¿verdad?Javier se quedó sin palabras… ¡¡Él era inocente!!***Mónica llevó a Enzo a su villa. Hizo que la sirvienta lo cuidara con esmero y luego se fue.Enzo se tumbó en la cama, mirando la casa vacía y silenciosa. Una sensación de vacío y pérdida total lo invadió. Con el efecto de alcohol, sacó a toda prisa su celular y marcó un núm
Al día siguiente, Aitana se levantó temprano. Tenía muchos ingredientes en su refrigerador, con los cuales preparó una sopa de mariscos. La puso en una lonchera térmica con cuidado y luego se fue a trabajar.Cuando llegó a la zona y estaba a punto de cruzar la calle, un auto salió con brusquedad y pasó a toda velocidad junto a ella.Ella se asustó y retrocedió instintivamente. Logró evitar el auto, pero la bolsa golpeó el auto y la sopa se derramó. El auto de golpe se detuvo y el chofer bajó la ventana para arrojar un fajo de billetes al suelo, mientras le decía a Aitana:—Tenemos mucha prisa. Toma el dinero y considéralo como la compensación de nuestro señor.Aitana se le acercó, recogió el dinero y luego caminó hacia el auto. Justo cuando el chofer estaba a punto de arrancar el auto, ella le arrojó el dinero en la cara.—Tomé una foto de la matrícula. Aquí también hay cámaras de seguridad. Tienen mucha suerte porque estoy bien. Si estuviera herida, nos veríamos en los tribunales —le